Del Deseo a la Realidad
La Fuerza de la Acción Intencional
3/9/2024


Hola amigos de Semilla de Shalom!! Hoy, exploramos la crucial diferencia entre albergar deseos de cambio y tomar acciones concretas para hacer realidad esos deseos. Basándonos en la poderosa enseñanza de Santiago sobre ser hacedores de la palabra, no solo oidores (Santiago 1:22), profundizamos en cómo nuestras acciones intencionales son el verdadero reflejo de nuestras aspiraciones y fe.
La Biblia nos enseña que las buenas intenciones, aunque son un buen punto de partida, no son suficientes para transformar nuestra realidad o la de los que nos rodean. Es mediante nuestras acciones deliberadas, tomadas en fe y convicción, que realmente podemos forjar el camino hacia el cambio y la mejora personal. Cada paso que damos en fe es una afirmación de nuestra creencia en la posibilidad de renovación y crecimiento, como nos recuerda Pablo en Filipenses 2:12-13, donde se nos insta a trabajar por nuestra salvación con temor y temblor, pues es Dios quien obra en nosotros tanto el querer como el hacer.
Esto, es una invitación a reflexionar sobre la importancia de convertir nuestras intenciones en acciones. Recordamos las palabras de Jesús (Yahshua) en Mateo 7:24-27, donde compara a aquellos que escuchan sus palabras y las ponen en práctica con un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. Esta enseñanza subraya la idea de que la verdadera fe y la sabiduría se manifiestan a través de la práctica, el compromiso con nuestros principios, y la perseverancia ante los desafíos.
Los animamos a identificar áreas de su vida donde las intenciones han quedado estancadas y a tomar la decisión valiente de dar un paso adelante. No permitan que el temor o la complacencia los detengan. Cada acción, por pequeña que sea, es una victoria en el camino hacia la transformación personal y espiritual.
Únete a nosotros en este llamado a la acción: transforma tus intenciones en acciones concretas y vive la congruencia de la vida al pensar, sentir y actuar de manera alineada. Deja que cada día sea una oportunidad para demostrar, a través de tus acciones, la fuerza de tu fe y tu verdadero deseo de cambio. Recuerda, la acción intencional es el puente que une el deseo con la realidad.
