Un Dios Celoso

La Elección entre la Idolatría Moderna y Dios

3/30/2024

Hola amigos de Semilla de Shalom!! En una época donde la abundancia de opciones puede llevarnos fácilmente hacia la idolatría, la palabra de Dios nos recuerda que Él es un "Dios celoso", anhelante de nuestra completa adoración y amor. Este concepto, lejos de reflejar una debilidad, subraya la intensidad del amor de Dios por nosotros, un amor que no desea compartirnos con las efímeras atracciones de este mundo.

Éxodo 34:14 - "No adores a otros dioses, porque el Señor es muy celoso. Su nombre es Dios celoso."

La idolatría moderna no se manifiesta necesariamente en estatuas o templos; más bien, se oculta en nuestros deseos, en la dependencia de bienes materiales, en la obsesión por el estatus social o en la constante búsqueda de placer. Vivimos en una sociedad que promueve la idolatría de la propia imagen, el éxito a cualquier precio y la autosatisfacción inmediata. Estas formas contemporáneas de idolatría nos alejan de la "Dependencia De Di-s", un pilar fundamental para nuestro crecimiento y bienestar espiritual.

Mateo 6:24 - "Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro o querrá mucho a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas."

El "Crecimiento Espiritual" es un viaje que nos lleva a cuestionar qué y a quién adoramos. Este proceso implica despojarnos de los ídolos que hemos colocado en el altar de nuestros corazones para, en su lugar, poner a Dios en el centro y permitir que Su presencia llene cada espacio de nuestra vida. Este crecimiento no es instantáneo; requiere tiempo, reflexión y, sobre todo, una decisión consciente de reorientar nuestro corazón hacia Dios.

Colosenses 3:2 - "Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra."

La "Riqueza Espiritual" que obtenemos al servir a Dios con un corazón íntegro es incomparablemente más valiosa que cualquier tesoro terrenal. Encontramos en Dios una paz que sobrepasa todo entendimiento, una alegría inquebrantable y una esperanza que no se desvanece ante las adversidades. Esta riqueza espiritual es el verdadero tesoro que debemos anhelar, uno que no se agota y que eternamente enriquece.

Mateo 6:19-21 - "No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. 20 Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, (…) 21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón."

Como nos recuerda el guion de esta semana, frente a los falsos dioses de nuestros padres, del pasado o de nuestra cultura, la elección debe ser clara y firme: "Yo y mi casa serviremos al Señor" (Josué 24:15). Esta decisión de servir al Dios de Israel no es un acto de renuncia a las alegrías de la vida, sino, por el contrario, un paso hacia una vida plena de significado, propósito y verdadera felicidad.

En la intersección de nuestra fe y la vida cotidiana, que nuestra elección refleje siempre un corazón comprometido con Dios, un espíritu sediento de Su presencia y una vida dedicada a Su servicio. Es en esta elección donde encontramos nuestra verdadera identidad, propósito y, finalmente, nuestra eterna recompensa.

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